viernes, 8 de febrero de 2008

foto del evangelio...


Juan,19,38-42.


Después de esto, José de Arimatea, que era discípulo de Jesús, en secreto por miedo a los judíos, pidió a Pilato autorización para retirar el cuerpo de Jesús. Pilato se lo concedió. Fueron, pues y retiraron su cuerpo. Fue también Nicodemo- aquel que anteriormente había ido a verle de noche- con una mezcla de mirra y áloe de unas cien libras. Tomaron el cuerpo de Jesús y lo envolvieron en vendas con los aromas, conforme a la costumbre judía de sepultar. En el lugar donde había sido crucificado había un huerto, y en el huerto un sepulcro nuevo, en el que nadie todavía había sido depositado. Allí, pues, por que era el día de la preparación de los judíos y el sepulcro estaba cerca, pusieron a Jesús.


Nos gusta mucho esta foto ya que los más fuertes ayudan a los más debiles.Me pare ce que es muy bonito y también lo que escribio San Juan en su evangelio.

Creencias:

Dios ha creado el universo y todo lo que contieneEl Hombre es la obra suprema de la creación, y la Mujer es su compañera.Dios estableció un pacto con Adán. Más adelante, cuando muchos de los descendientes de Adán se apartaron del camino del Señor, hizo un nuevo pacto con Noé. Según cambiaban las circunstancias históricas el pacto se iba ampliando, así el pacto que hizo Dios con Abraham era mucho más completo pero la versión definitiva del pacto divino se estableció con Moisés quien dejó escrita la Toráh, los libros sagrados donde se narra la historia del pueblo judío desde la creación hasta la entrada en la Tierra Prometida.En la Toráh se encuentran todas las leyes que los judíos deben obedecer en su vida cotidiana para mantenerse fieles al señor.
Muchas de estas normas sirven para mantener un comportamiento ético que permita a los judíos estar más cerca de Dios. Otras normas son simples instrucciones higiénicas o alimenticias incluidas por Moisés en la Toráh para evitar infecciones y enfermedades durante los años de peregrinación por el desierto tras la huida de Egipto. El judío, sin embargo, no debe cuestionar las normas sino acatarlas sin dudas de ningún tipo, no por pensar que al quebrantarlas se pueda faltar a Dios, sino por la autodisciplina que se exigen de ellos mismos. Esta autodisciplina hace del judío un hombre de fuerte carácter, capaz de defender de forma casi fanática todas sus creencias.